10.1.13

quién sí se reconoce quien si se reconoce / tipos y topus así, bien puestos en el medio











 
¿Quién soy?

Como el topu [puto, 'marica'] de Pasolini / tengo que salir con los tapones de punta / a averiguar quién soy ... "¿Quién soy?", se preguntan los boludos / y hasta dibujan un hipotético árbol genealógico... Soy tan joven y tan fuerte que no tengo pasado. / Soy tan bello que ninguna cosa mala me toca. / ¿Incendios? ¿Genocidios? ¿Dictaduras? / No soy argentino. ¿Qué tengo de argentino yo? / Mi padre no sabía quién era su padre y mi madre, / como contrapartida, no sabía quién era su madre / ... No sé ni lo que quiero y mi corazón es un desastre

 - conseguí otro poemario de Washington Cucurto, La pajarera de Once, en el contrabando de Vox (siempre Vox; Bahía Blanca, Argentina, 2012) que se trajo Arrebato de México. El poeta sudaca vs. La Nación. De lo que da ganas el libro es de tener muchos hijos que miren despreocupadamente televisión; esa sería la obra más - como dice cierta tribu académica - decolonial - de un modo, como se ve, bien retorcido en su sencillez. Dan ganas de una sencillez que debilite la complejidad de los retóricos de la vida, de los discursos de la metavida  - aunque toda esta sencillez sea, probablemente, un laberinto muy sofisticado. Sólo se sabe quién soy si se es quien solo no existo, o sea, nadie importante, sin genealogía, previo a los espanioles; chulxs con hijxs flor; sólo presente, sólo futuro

- volví a leer y alucinar por undécima vez con el Me tradujo González del Yanko González. (en Vox, y el pdf en el MLRS), su etnografía de la opacidad violenta del cuerpo social de por ejemplo un lugar al que se podría llamar Chile - pero es cualquier territorio, o sea, raza, clase, género; y sus lenguas. Todas esas lenguas unas contra otras, unas (las que tienen hábitos de higiene y autorías) haciendo por limpiar la sangre que dejan en el piso y otras (aquellas cuyo decoro es la sangre) haciendo por exagerar las frases con que operan sobre el piso. Todas lenguas vivas. Quien escribe, en medio, traduciendo mundos unos en otros irreconocibles, inconmensurables, en conflicto

- y al cabo, hombres. Pasolini que cuenta en una entrevista cómo las mujeres tampoco existen socialmente sino por exclusión ("La única anormalidad que la sociedad capitalista tolera todavía es la mujer") (pero no es él uno de ellas, sino una variación de marginalidad que con los años irá cobrando su propia voz) (¿y dónde está el poema de autorreconocimiento joven-fuerte-y-bello de parte de una mujer?). De parte de Pasolini: Sé bien, sé bien que estoy en el fondo de la fosa; que todo aquello que toco ya lo he tocado; ... que no intento todavía reconocer quién soy; que he perdido hasta la antigua paciencia de orfebre...

3 comentarios:

Miss Violence dijo...

Si palabras y ((((vibrando)). Con ganas de citarte, que no de sitiarte.
Gracias, madame!

Rebeca dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
maría salgado dijo...

gracias a ti, Sayak. A la espera por acá de tus nuevos textos sobre masculinidades de todo tipo de tipos y topus. Gusto de saludo.

Abrazos,,

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